Peligros de la amistad/The Perils of Friendship
Razona la postura que tomé
al llegar a las orillas de tu pensar
sin ser invitado mas por el instinto de mi aliento.
No reclamé los frutos que sacudiste
de las ramas de la garganta
ni violé las señales de mi muerte.
No es orgullo que le impone ganchos
al silencio de la lengua que desencadenada
taña los minutes de la época —
paro incierto al umbral de tu furia . . .
no . . . no abiertamente como espejos rotos
por pláticas importunadas de los libros
sino apretado como almejas a la insolencia del aire.
Escucho — la sangre gusta bien
en la boca del corazón
en tanto que los minutos vuelan a la trampa brillante
de tu ánimo sin herida —
compartimos lluvias de las regiones de nuestras sequías
y aliviando las dudas de cada uno
endosamos nuestra propia desesperanza.
(Formulo ecuaciones de peligro para quien intente
estudiar la fisiología de espejos en tus ojos.)
Reason the stance I took
on coming to the edges of your thought
unbidden but by the instinct of my breath.
I did not claim the fruit you shook
from the branches of your throat
nor encroached upon the tokens of my death.
It is not pride that fastens hooks
upon the silence of my tongue which unfettered
tolls the minutes of our age —
I stop uncertain at the threshold of your rage . . .
no . . . not open as cheval-glasses shattered
by discourses importuned from books
but tight as clams to the insolence of air.
I listen — the blood tastes good
in the heart’s mouth
as minutes fly into the brilliant snare
of your unwounded mood —
we exchange rain from the regions of our drouth
and in alleviating one another’s doubt
endorse our own despair.
(I formulate equations of danger for anyone who tries
to study the physiology of mirrors in your eyes.)