La Consagración del Café/The Consecration Of Coffee
al monseñor Oscar A. Romero
Un día de dios
en mi patio tomando café
nada es normal —
ni el alcatraz
con su pene dorado
ni el iris
como lava morada
que derrama un volcán.
Encuentro en el fondo de la taza
casullas bordadas
de mariposas negras
y guindas manchas —
el sol dispara
centellas de balas plateadas
y de cirios ahogados —
hay sangre en su brillar.
Pongo la burda taza en su platillo
con un tierno cuidado
como si fuera cáliz
y digo la letanía:
Guatemala
Nicaragua
El Salvador.
Y un lado del corazón
me sabe blanco y dulce
como la caña
y el otro,
como el café,
negro y amargo.
to Archbishop Oscar A. Romero
One day of god
drinking coffee in my patio
nothing is normal —
not the calla
with its penis of gold
nor the iris
like purple lava
a volcano spills.
I find in the depths of the cup
chasubles embroidered
with black moths
& red stains —
the sun fires
a scintillation of silver bullets
& of candles drowned —
there is blood in its shine.
I place the cup on its saucer
with a most tender care
as if it were a chalice
& say the litany:
Guatemala
Nicaragua
El Salvador
& one side of my heart
tastes white & sweet
like cane sugar
& the other,
like coffee,
bitter & black.